Memoria Obligatoria: San Buenaventura, Obispo y Doctor de la Iglesia
Lunes, 15 de julio del 2024
Color: BLANCO
- Primera Lectura. Is 1, 11-17: “Lávense purifíquense, aparten de mi vista sus malas acciones”.
- Salmo Responsorial. 49, 8-9.16bc-17.21 y 23: “Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios”.
- Evangelio. Mt 10, 34-11, 1:“El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará”.
“Sé valiente, el mundo necesita tu autenticidad”
En las lecturas para hoy, somos confrontados con un mensaje desafiante pero esencial para nuestra fe: el llamado a la autenticidad y la transformación interior.
El profeta Isaías nos recuerda que Dios no busca sacrificios vacíos ni rituales sin corazón. Lo que Él desea es una justicia verdadera, que liberemos al oprimido, que defendamos al huérfano y que pleiteemos por la viuda. Esta exhortación resuena hoy con urgencia, invitándonos a revisar nuestra práctica de la fe: ¿es una mera observancia de tradiciones, o un compromiso vivo que busca transformar el mundo a nuestro alrededor?
El salmista nos advierte contra la hipocresía de proclamar los estatutos de Dios con nuestra boca mientras negamos sus enseñanzas con nuestras acciones. Dios nos llama a un camino de coherencia, donde nuestras palabras y acciones estén alineadas con los valores del Evangelio. «Al que sigue buen camino, le haré ver la salvación de Dios». Esta promesa es un faro de esperanza y motivación para vivir conforme al corazón de Dios.
San Mateo, nos presenta las palabras de Jesús, que pueden parecer desconcertantes a primera vista: «No he venido a traer paz, sino espada». Jesús nos advierte sobre el costo del discipulado, que seguirle puede requerir enfrentarnos a divisiones incluso dentro de nuestras propias familias. Sin embargo, esta «espada» es también un instrumento de liberación, cortando los lazos de lo que nos ata a una vida superficial y nos invita a abrazar una existencia auténtica y comprometida con el Evangelio. Este mensaje puede ser duro, pero también es liberador. Nos anima a vivir con valentía y convicción, a ser luz en medio de las sombras, a buscar siempre la justicia y a amar sin medida. «Sé valiente, el mundo necesita tu autenticidad«.
Reflexionemos sobre nuestra relación con Dios y con los demás. Que los textos de hoy nos motiven a ser agentes de cambio, recordándonos que el verdadero culto a Dios se manifiesta en el amor y servicio al prójimo. En este camino, no estaremos solos; Cristo mismo nos acompaña, fortaleciendo nuestro espíritu para enfrentar los desafíos con fe y esperanza.
Hoy, más que nunca, el mundo necesita testigos de un amor audaz y comprometido. Seamos, entonces, ese reflejo del amor de Dios, llevando consuelo, justicia y paz allí donde vayamos.
(Guía Litúrgica)
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