Martes, 4 de marzo del 2025
- Primera lectura. Eclo 35,1-15: “Apartarse del mal es agradable a Dios, apartarse de la injusticia es expiación”.
- Salmo Responsorial: 49,5-6.7-8.14 y 23: “Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios”.
- Evangelio. Mc 10,28-31: “Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros”.
Color: VERDE
Nuestro tesoro debe estar en Dios
Queridos hermanos y hermanas: las lecturas de hoy nos invitan a reflexionar profundamente sobre el sacrificio espiritual, un tema central en nuestra vida de fe. Como peregrinos de esperanza, caminando hacia la Pascua, somos llamados a entender que nuestro camino de conversión debe estar iluminado por la misericordia y el arrepentimiento. Esto nos recuerda que el verdadero sacrificio que agrada a Dios no es externo, sino la entrega total de nuestra vida a Él, día a día.
En la historia del pueblo de Israel, observamos una evolución en la comprensión del sacrificio. Desde los sacrificios sangrientos de animales en una sociedad rural, hasta la enseñanza de los profetas que insisten en el sacrificio espiritual: agradar a Dios mediante una vida íntegra y una entrega total al Señor. El texto de hoy lo reafirma: lo que realmente importa es la conversión del corazón y una vida consagrada al bien.
Jesucristo, con su vida, pasión y resurrección, nos da el ejemplo supremo del sacrificio espiritual: la entrega de sí mismo en obediencia al Padre y amor a los demás. Como nos recuerda San Pablo: “Ofrezcan sus cuerpos como víctima viva, santa, agradable a Dios, tal será su sacrificio espiritual” (Rm 12,1). Así, apartarnos del mal, practicar la justicia y vivir las obras de misericordia son actos que se convierten en ofrendas agradables a Dios, porque brotan de un corazón lleno de caridad.
En el texto evangélico para hoy, Pedro expresa al Señor: “Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”. Y Jesús responde con una promesa impresionante: “recibirán cien veces más”. Pero este pasaje no debe centrarnos solo en la recompensa, sino en la invitación al desprendimiento y la pobreza evangélica.
La pobreza para el seguimiento de Cristo no es una privación sin sentido, sino una liberación. Como dice Jesús: “Donde está tu tesoro, ahí estará tu corazón” (Mt 6,21). Nuestro tesoro debe estar en Dios, quien llena nuestras vidas con riquezas espirituales: paz, amor, gozo, libertad y plenitud. Esta dependencia total de Dios no es solo un acto de fe, sino una expresión de esperanza, una virtud indispensable para el camino del cristiano.
En este tiempo de jubileo de esperanza, pidamos al Señor un corazón pobre y lleno de misericordia. Reconozcamos nuestras limitaciones y confiemos en la generosidad de Dios, quien nos promete “cien veces más”. Que nuestro caminar hacia la Pascua sea marcado por el desprendimiento, el arrepentimiento y la práctica constante de las obras de misericordia.
Como peregrinos de esperanza, entreguemos nuestra vida al Señor, confiados en que, al vaciar nuestro corazón de los apegos terrenales, Él lo llenará con las verdaderas riquezas de su Reino.
(Guía Mensual)
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Aquí podrás escuchar el Evangelio y la reflexión para hoy:
Lecturas: VIII Semana. Tiempo Ordinario. Martes, 4 de marzo del 2025
Moniciones: VIII Semana. Tiempo Ordinario. Martes, 4 de marzo del 2025
Homilía: VIII Semana. Tiempo Ordinario. Martes, 4 de marzo del 2025
Homilía: Gracias Señor por los padres que nos lo dieron todo. Martes, 4 de marzo del 2025
Lecturas: Miércoles de Ceniza. 5 de marzo del 2025
Moniciones: Miércoles de Ceniza. 5 de marzo del 2025
Cuaresma: Un Tiempo de Gracia y Conversión
Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2025: Caminemos juntos en la esperanza