Jueves, 9 de mayo del 2024
Homilía: La Ascensión del Señor. Ciclo B
Color: BLANCO
- Primera Lectura. Hch 18, 1-8: “Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia”.
- Salmo Responsorial: 97,1-2.3ab.3cd-4: “El Señor revela a las naciones su victoria”.
- Evangelio. Jn 16, 16-20: “Mientras el mundo estará alegre; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría”.
“Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría”
Pablo salió de Atenas y fue a Corinto donde encontró a un judío llamado Aquila, natural de Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer. Era el momento en que Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos, y como era del mismo oficio, hacer tiendas, se quedó con ellos, y trabajaban juntos.
En Corinto Pablo discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos. Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la Palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo.
Poco más tarde en Corinto se levanta oposición contra Pablo, este les dijo, sacudiéndose los vestidos: «Ustedes son responsables de lo que les ocurra, yo no tengo culpa. En adelante me voy con los gentiles”. Y saliendo de allí, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, que vivía al lado de la sinagoga. Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados.
La vida del seguidor de Jesús está expuesta a las diversas circunstancias de la vida de cualquier persona. Y en la vida de cualquier persona hay alegrías y dolores. Esta experiencia humana explica muy bien las palabras de Jesús en el Evangelio de hoy. Jesús anuncia que después de un período de dolor y angustia, volverán a verlo y su tristeza se convertirá en alegría. Pero esa promesa no es para verlo con los ojos del cuerpo o con la inteligencia, sino con la mirada del amor y la fe que nos permite reconocer su presencia aun en los momentos más difíciles y oscuros de nuestra vida. Hoy nos invita a saber que la Fe en Él realmente consiste en saber que su presencia está siempre con nosotros a pesar de que físicamente no lo veamos.
Juan nos presenta de nuevo el tema de la partida de Jesús y lo hace con esta frase del Señor: “Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver”. Esta es una frase difícil de entender para los discípulos y lo puede ser también para nosotros; se refiere la frase al Misterio Pascual de Jesús. “Dentro de poco ya no me verán” se refiere a la muerte de Jesús que ya está próxima y “poco después, me volverán a ver” nos indica la resurrección que acontece tres días después de su muerte.
El texto para hoy nos presenta un trocito del Evangelio según San Juan, en el capítulo 16, donde Jesús les dice a sus apóstoles: “ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría”. Jesús alude directamente al tiempo donde Él, a los ojos de la carne, desaparecerá por la muerte y por el sepulcro, pero también les asegura que tendrán un gozo inconmensurable por el don de la Resurrección.
(Guía Litúrgica)
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