Sábado, 1 de noviembre del 2025
Homilía: Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos
Color: VERDE
- Primera lectura. Ap 7,2-4.9-14: “Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero”.
- Salmo responsorial. 23,1-2.3-4ab.5-6: “Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor”.
- Segunda lectura: 1Jn 3,1-3: “Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos”
- Evangelio. Mt 5,1-12a: “Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo”.
“Los cientos cuarenta y cuatro mil son símbolo de la unidad interna del pueblo”
El mes de noviembre inicia con una doble celebración: el Mes de la Familia en nuestro país, centrado este año en el valor de la perseverancia bajo el lema “Persevera en la esperanza” (cfr. 1 Tes 1,3), y la Solemnidad de Todos los Santos, fiesta que exalta el triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado. En esta solemnidad, la Iglesia honra no solo a los santos canonizados, sino también a la “muchedumbre inmensa que nadie podría contar”, todos los que ya gozan de la gloria de Dios.
La liturgia de este día nos abre a una visión de esperanza: somos un pueblo peregrino llamado a compartir la gloria de los santos, no por nuestras fuerzas, sino porque hemos sido “lavados en la sangre del Cordero”. Se enfatiza la comunión con los santos ya glorificados y el vínculo de esperanza de la Iglesia peregrina con la Jerusalén celestial.
Los textos de la Palabra de Dios que acabamos de leer celebran la plenitud del pueblo de Dios, destacando a los santos que ya gozan de la gloria celestial. Nos invitan a vivir con pureza, misericordia y justicia, manteniendo la esperanza en Cristo, siguiendo el camino de los bienaventurados y confiando en la promesa de vida eterna.
El pasaje del Apocalipsis nos recuerda el final de la historia de todos y cada uno de los cristianos: delante del trono de Dios, cantando su alabanza por los siglos. Es un texto cargado de simbolismo.
En el contexto del Apocalipsis, el número de ciento cuarenta y cuatro mil fieles representa a todo el pueblo de Dios. Es el resultado de multiplicar doce (número de las tribus de Israel, que también significa plenitud) por sí mismo por mil (símbolo de multitud). No debe entenderse como un conteo literal limitado, sino como figura de la plenitud del pueblo de Dios. El sello de Dios en la frente de sus siervos significa que quienes fielmente viven en comunión con Él son reconocidos, protegidos y guardados del juicio que viene. En la tradición patrística, el sello se vincula al Espíritu Santo: el creyente es “sellado con el Espíritu” como garantía de su herencia en Cristo.
Estos cientos cuarenta y cuatro mil son un “núcleo fiel” representativo del pueblo de Dios, pero no excluyente. Luego aparece una “muchedumbre inmensa, que nadie podría contar” de “todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas”. La salvación de Dios trasciende fronteras. Así, los cientos cuarenta y cuatro mil son símbolo de la unidad interna del pueblo y la multitud expresa la amplitud misionera del Evangelio. Esta gran muchedumbre de santos “son los que vienen de la gran tribulación”, de los tiempos de prueba de la Iglesia y de cada creyente, en los que la fe es puesta a prueba, se purifica y fortalece.
San Juan, en su carta, subraya nuestra identidad de hijos de Dios. Esta afirmación es central para la vida cristiana: por el bautismo y la fe participamos de la vida de Dios, de su luz y vivimos con Él íntimamente. No es algo que podemos alcanzar por nuestros méritos o nuestras fuerzas, sino que recibimos por el amor y la gracia de Dios. Esta identidad nos llena de confianza: sabemos que estamos llamados a la semejanza con Cristo. Juan nos eleva hacia la esperanza plena: aunque ya somos hijos de Dios, nuestra transformación final está aún por venir. Cuando Cristo se manifieste plenamente (en su venida gloriosa o nuestra entrada en la gloria), llegaremos a ser semejantes a Él.
El Evangelio de las Bienaventuranzas nos muestra el retrato vivo de los santos. Su vida nos enseña que la felicidad verdadera se mide en la confianza puesta en Dios y en la entrega generosa a los demás. Jesús nos asegura: “Alégrense y regocíjense, porque su recompensa será grande en los cielos”.
Así, la solemnidad de Todos los Santos y el inicio del Mes de la Familia nos llaman a perseverar en la esperanza, a vivir la fe con constancia y a caminar, con los ojos fijos en Cristo, hacia la gloria prometida a los que aman.
(Guía Litúrgica)
Si deseas recibir en tu móvil por WhatsApp, únete a este grupo: https://chat.whatsapp.com/KUofplJqn9v4YmiOuRpJF0.
También por Telegram: https://t.me/+lT2PwtlK1I04ZDgx
Tenemos un canal de WhatsApp, aquí está el enlace, por si deseas unirte:
https://www.whatsapp.com/channel/0029ValBpZA4yltKpk6w9A2C
Para donaciones: https://www.paypal.me/padredomingovasquez
Lecturas: Solemnidad de Todos los Santos. 1 de noviembre del 2025
Moniciones: Solemnidad de Todos los Santos. 1 de noviembre del 2025
Homilía: Solemnidad de Todos los Santos. 1 de noviembre del 2025
Homilía: COMPASIVOS, PACÍFICOS, CONSTRUCTORES DE LA PAZ. 1 de noviembre del 2025
Lecturas: Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos. Domingo, 2 de noviembre del 2025
Moniciones: Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos. Domingo, 2 de noviembre del 2025
Aquí podrás escuchar el Evangelio y la reflexión para hoy:
Entre aquí para escuchar Aire
Escuche aquí el Evangelio para HOY / Oración de la noche
| L | M | X | J | V | S | D |
|---|---|---|---|---|---|---|
| 1 | 2 | |||||
| 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 |
| 10 | 11 | 12 | 13 | 14 | 15 | 16 |
| 17 | 18 | 19 | 20 | 21 | 22 | 23 |
| 24 | 25 | 26 | 27 | 28 | 29 | 30 |
Check this out: Mynew Website
Check this out: Mynew Website
Check this out: My New Website
Check this out: My Website




Interesante percatarse de lo que decís aquí: como la comodidad y las pequeñas seguridades pueden anestesiar el corazón olvidando las…