Sábado, 6 de mayo del 2023
- Primera Lectura. Hch 13, 44-52: “La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región”.
- Salmo Responsorial. 97, 1-2ab.2cd.3ab.3cd-4: “Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios”.
- Evangelio. Jn 14, 7-14: “Quien me ha visto a mí ha visto al Padre”.
Color: BLANCO
“Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”
La Primera Lectura de hoy nos presenta una situación en la que los judíos rechazan el mensaje de Pablo y se vuelven violentos contra él y sus seguidores. Aunque esta respuesta negativa puede parecer desalentadora, el pasaje nos ofrece algunas lecciones sobre la importancia de mantener la fe y la perseverancia en medio de la adversidad.
En primer lugar, el pasaje nos recuerda que no todos estarán abiertos a recibir el mensaje del Evangelio. A pesar de los esfuerzos de Pablo y sus compañeros para compartir la Palabra de Dios, algunos se negaron a escuchar y a creer. Esta realidad puede ser desalentadora y frustrante, pero es importante recordar que la fe es un regalo de Dios y que no podemos obligar a nadie a creer. En segundo lugar, el pasaje nos enseña que la fe puede enfrentar resistencia y oposición. Los judíos se volvieron violentos contra Pablo y sus seguidores, lo que les obligó a huir de la ciudad. Sin embargo, en lugar de desanimarse, ellos siguieron adelante, confiando en la protección y el amor de Dios. Esta actitud de perseverancia y valentía nos recuerda que la fe no siempre es fácil, pero que Dios nos da la fuerza para enfrentar los desafíos que surgen en el camino. Finalmente, el pasaje nos ofrece una lección importante sobre el papel de la comunidad en la vida de fe. Luego que fueron perseguidos y expulsados de la ciudad, Pablo y sus compañeros encontraron consuelo y apoyo en la comunidad de discípulos que se habían convertido al cristianismo. Esta comunidad les ofreció refugio y aliento, recordándoles que no estaban solos en su fe.
El Evangelio nos dice que cuando uno de los discípulos de Jesús le preguntó: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”, el Maestro respondió: “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”. La invitación del Señor a encontrarse con Él se dirige a cada uno de nosotros, en cualquier lugar o situación en que nos encontremos. Basta «tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él. Todos somos pecadores, necesitados de ser purificados por el Señor. Pero basta dar un pequeño paso hacia Jesús para descubrir que Él nos espera siempre con los brazos abiertos, sobre todo en el Sacramento de la Reconciliación, ocasión privilegiada para encontrar la misericordia divina que purifica y recrea nuestros corazones.
Oración: Te pedimos, Señor, que nos permitas recordar la importancia de mantener la fe y la perseverancia en medio de la adversidad, saber que Tú nos enseñas que la fe puede enfrentar resistencia y oposición, pero que Dios nos da la fuerza y la protección necesarias para enfrentar los desafíos que surgen en el camino. Danos la gracia de vivir en comunidad nuestra vida de fe, ofreciéndonos apoyo y consuelo cuando enfrentamos dificultades. Amén.
(Guía Litúrgica)
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