Se puede hacer conmemoración de Santo Toribio de Mogrovejo, Obispo, Patrono de los obispos de América Latina y el Caribe
- Primera lectura. Ex 32, 7-14: “Multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a su descendencia para que la posea por siempre
- Salmo Responsorial. 105, 19-20.21-22.23: “Acuérdate de nosotros, por amor a tu pueblo”.
- Evangelio. Jn 5, 31-47: “Las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado”.
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¿Es Jesús para mí el estándar por el cual me oriento?
“No recibo gloria de los hombres; además, los conozco y sé que el amor de Dios no está en ustedes. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibieron; si otro viene en nombre propio, a ése si lo recibirán”.
En realidad, no quieres tener nada que ver con Dios; porque de lo contrario creerías en mí, me aceptarías como el hijo de Dios y escucharía mis palabras. Pero prefieres correr tras todo tipo de falsos maestros y seductores.
¿Qué diría Jesús hoy si nos hablara por radio y televisión o por las redes sociales? ¿En la plaza del mercado, en el parque o en la iglesia? ¿tendría poco sentido en este momento?
Es bien sabido que señalar con el dedo a los demás es fácil. La Cuaresma nos invita a ser mejores con nosotros mismos, a vernos nosotros mismos, para ser honestos.
Entonces, las preguntas que el evangelio de hoy nos hace a cada uno de nosotros son: ¿Cómo muestro que tengo el amor de Dios en mí? ¿Acepto a Jesús o también lo rechazo? ¿Es Jesús para mí el estándar por el cual me oriento? ¿Es para mí lo más importante o tengo otras prioridades?
Para muchos de nuestros congéneres, tales preguntas ya son de mala reputación. ¿Cómo debo saber lo que Jesús ha dicho y enseñado? Se oye a menudo: “es intolerante, el cristiano proclama su fe como la única correcta.” Dios se muestra también en las otras religiones, también puedo encontrarlo en cada ser humano y en la naturaleza. Por lo tanto, cada uno es un asunto individual.
Esta actitud también muestra que uno ya no confía en Jesús y en el Padre del cielo, que Él realmente vive y existe, que todavía está con nosotros hoy y todavía tiene algo que decirnos hoy. No siempre es fácil escuchar la voz de Dios, reconocer que está ahí y luego entender lo que quiere decirnos. Pero si ni siquiera lo intentas, no tendrás éxito.
Y por eso me gustaría invitarte a aprovechar esta situación especial para leer la Biblia y encontrarte con Dios. Si no tienes tiempo ahora ¿Cuándo entonces?
(Guía Litúrgica)
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