Feria o Memoria Libre: San Juan Damasceno, Presbítero y Doctor de la Iglesia
Miércoles, 4 de diciembre del 2024
- Primera lectura. Is 25,6-10a: “Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación”.
- Salmo Responsorial: 22, 1-3a.3b.4.5.6: “Habitaré en la casa del Señor por años sin término”.
- Evangelio. Mt 15, 29-37: “Todos comieron hasta saciarse y recogieron las sobras: siete cestas llenas”.
Color: MORADO/ BLANCO
“Cada vez comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas”
La liturgia de la Palabra nos habla de un banquete que Dios preparará para su pueblo, en el que será aniquilada la muerte y serán enjugadas las lágrimas de nuestros ojos. En el Evangelio Jesús cura y alimenta. Ambos textos tienen una clara referencia eucarística y una invitación fuerte a la responsabilidad social, pues el Señor, en otro relato de la multiplicación de los panes, manda a sus discípulos (los de ayer, los de hoy, los del mañana…) “denles ustedes de comer”.
Debemos preocuparnos por los hambrientos; debemos compartir nuestro pan con los más necesitados de nuestro entorno. Solo cuando compartimos nuestro pan con otros, nos damos cuenta que mientras más damos, más tenemos. Dios no se deja ganar en generosidad. Dios asiste y bendice a quien se apiada y socorre al necesitado, en el caso que nos ocupa hoy, a los necesitados del sustento para vivir.
Durante todo este año, el Plan Nacional de Pastoral ha estado reflexionando la oración del Padre Nuestro, en una de las partes, le pedimos a Dios que nos dé el pan nuestro de cada día. A veces acumulamos y desperdiciamos mucha comida. Pedimos, pero no solo para tener y retener, pedimos el pan, también para dar, compartir, socorrer y aliviar a otros. Este mes de diciembre, que gesto bonito sería el ayudar a una familia de las más necesitadas de nuestro entorno a que puedan el día de Noche Buena tener una cena digna … Comprométete con eso, a nivel personal, o únete con algunos amigos y familiares y hagan esa obra de caridad.
Por otra parte, queridos hermanos, la eucaristía es ese festín que Dios ha preparado para todos sus fieles. Jesús en la eucaristía es el pan que se bendice, se parte y se comparte. Es el pan que quita el hambre y que da vida eterna. Jesús ha dicho en su palabra: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo… Él que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida en mí y yo él…. Participemos de la eucaristía con esa certeza: somos alimentados por Dios mismo. La eucaristía es el festín de los cristianos. Participa siempre gozoso y con actitud festiva. La eucaristía es el centro y culmen de toda nuestra vida, ya que Cristo se hace presente. Por eso decimos en la eucaristía: “Cada vez comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas”.
Que el Señor nos ayude a ser generosos con todos especialmente con los más empobrecidos de la sociedad. Amén.
(Guía Mensual)
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