Domingo, 20 de abril del 2025
- Primera lectura: Hch 10,34a.37-43: Ellos lo mataron… Dios lo resucitó.
- Salmo Responsorial: 117: Piedra desechada… Piedra angular.
- Segunda lectura: Col 3,1-4: Busquen los bienes más altos.
- Evangelio: Jn 20,1-9: Entró, vio y creyó.
Color: BLANCO
“Buscar las cosas de arriba”
Para nosotros los cristianos este domingo es el día más glorioso: celebramos la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Este es el fundamento de nuestra fe cristiana, simboliza la victoria de Cristo sobre la muerte y la promesa que nos regala de la vida eterna.
En la primera Lectura, Pedro se dirige a la casa de Cornelio, un centurión romano, y proclama que Dios no hace distinción de personas y declarando que los apóstoles son testigos de estos hechos y que Jesús ha sido designado como Dios de vivos y muertos, nos hace una invitación a creer en Él y a recibir el perdón de todos nuestros pecados.
En el salmo cantamos una alabanza de gratitud a Dios por su misericordia eterna y celebramos la victoria y la salvación que Él nos ha otorgado, proclamamos que «Jesús, la piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular».
En la segunda Lectura Pablo nos exhorta a buscar las cosas de arriba, donde Cristo está sentado, recordándonos que con Él hemos muerto al pecado y que Cristo es la vida, invitándonos a que se manifieste también en nosotros su gloria.
El Evangelio nos narra cómo María Magdalena descubre que la piedra que cubría el sepulcro de Jesús ha sido removida. Corre a informar a Pedro y al «discípulo amado». Ambos se dirigen al sepulcro; el discípulo amado llega primero, pero es Pedro quien entra y observa las vendas y el sudario colocados aparte. Aunque aún no comprenden plenamente la Escritura que anunciaba la resurrección, comienzan a creer.
Debemos tener pleno convencimiento por la fe que la resurrección de Jesús es el eje central de nuestra fe cristiana. Hoy, más que nunca, nosotros somos los invitados a reflexionar sobre la transformación y la esperanza que trae a nuestras vidas y para que sea viva y real en medio del mundo alejado de Dios.
Nosotros, al igual que Pedro, estamos llamados a ser testigos de este acontecimiento, no sólo creyéndolo con todo nuestro ser, sino, y más importante, compartiendo con otros, con los más necesitados, la buena nueva de que la muerte no tiene la última palabra.
La exhortación de Pablo en Colosenses nos anima a orientar nuestra mirada hacia lo eterno, buscando los valores del Reino de Dios y viviendo de acuerdo con nuestra identidad en Cristo.
Hoy la Resurrección nos invita a renovar nuestra fe, a reconocer a Cristo resucitado en nuestro día a día y a ser portadores de su luz en el mundo. Que la alegría de la Pascua transforme nuestros corazones y nos impulse a vivir con esperanza y amor.
(Guía Mensual)
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