Domingo, 12 de enero de 2025
- Primera lectura: Is 42,1-4.6-7: Te destiné a ser instrumento de la alianza.
- Salmo Responsorial: 28,1-4. 9b-10: R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.
- Segunda lectura: Hch 10,34-38: Pasó él haciendo el bien.
- Evangelio: Lucas 3,15-16.21-22: Bautismo de Jesús.
Color: BLANCO
“Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto”
Hoy, con la celebración del Bautismo del Señor, concluye el tiempo de Navidad. Este momento marca el inicio del ministerio público de Jesús, pero también nos invita a reflexionar sobre el significado profundo del bautismo en nuestra vida cristiana. El bautismo no es solo un rito, sino el acto mediante el cual somos incorporados a la familia de Dios, purificados y llenos del Espíritu Santo. Es el comienzo de nuestra nueva vida en Cristo.
En el Evangelio de hoy Jesús, que no tenía pecado, se acerca a Juan el Bautista para ser bautizado en el río Jordán. A diferencia de nuestro bautismo, que nos limpia del pecado, el de Jesús es un acto de humildad y solidaridad con la humanidad. Jesús se pone en la fila junto a los pecadores, mostrando que ha venido a compartir plenamente nuestra condición humana. Al salir del agua, el cielo se abre, el Espíritu Santo desciende en forma de paloma y se escucha la voz de Dios: «Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto». Este es un momento clave en la vida de Jesús, donde el Padre confirma su identidad y su misión.
La voz del Padre y la paloma están llenos de significado. La paloma representa el Espíritu Santo que desciende sobre Jesús, llenándolo de fuerza para comenzar su misión de anunciar la Buena Nueva y liberar a los oprimidos. La voz del Padre nos recuerda que Jesús es el Hijo amado, el escogido para llevar a cabo la obra de la salvación. También nosotros, en nuestro bautismo, somos declarados hijos amados de Dios. Este es un mensaje de esperanza y alegría: no importa lo que enfrentemos, somos amados incondicionalmente por el Padre.
En la primera Lectura de Isaías se nos presenta al Siervo de Dios, a quien el Señor ha elegido para traer justicia y luz al mundo. Este pasaje se cumple en Jesús, quien es la luz que ilumina nuestras vidas y nos libera de la oscuridad. El bautismo de Jesús es el comienzo de esa misión redentora.
En los Hechos de los Apóstoles, San Pedro proclama que Dios no hace distinciones y que el mensaje de salvación es para todos los pueblos. Jesús, ungido por el Espíritu Santo, pasó haciendo el bien, sanando a los oprimidos y anunciando la paz. Así como Jesús fue bautizado y lleno del Espíritu, nosotros también somos llamados a vivir nuestra fe haciendo el bien, sirviendo a los demás, y siendo testigos del amor de Dios en el mundo.
Hoy, recordemos con alegría que somos hijos amados de Dios, llenos de su Espíritu, llamados a vivir una vida de servicio y amor en la misión de Cristo.
(Guía Mensual)
Aquí podrás escuchar el Evangelio y la reflexión para hoy:
Si deseas recibir en tu móvil por WhatsApp, únete a este grupo: https://chat.whatsapp.com/LpG5T2vq07kFMUGgU8WeUc
Para donaciones: https://www.paypal.me/padredomingovasquez
Presentarán el Libro «La que eligió su pueblo»