Memoria Obligatoria: De los Santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, Obispos y Doctores de la Iglesia
Jueves, 2 de enero del 2025
Homilía 1: II Domingo de Navidad. Domingo. Ciclo C
- Primera lectura. 1Jn 2,22-28: “Les he escrito esto, respecto a los que tratan de engañarlos”.
- Salmo Responsorial: 97,1.2-3ab.3cd-4: “Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios”.
- Evangelio. Jn 1,19-28: “Yo bautizo con agua; en medio de ustedes hay uno que no conocen”.
Color: BLANCO
“Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios”
¿Quién es la voz que clama en tu desierto hoy? ¿Qué caminos necesitan ser allanados en tu vida para recibir al Señor? Los textos nos invitan a reflexionar sobre estas preguntas, mientras seguimos celebrando con alegría la luz de Cristo que ha venido al mundo. Estamos todavía en el Tiempo de Navidad, hasta el domingo 12 de enero, donde celebraremos la Fiesta del Bautismo del Señor.
En la Primera Carta de san Juan (2,22-28), el apóstol nos recuerda que todo aquel que reconoce a Jesús como el Hijo de Dios permanece en la verdad. En un mundo que a veces parece lleno de confusión, san Juan nos anima a mantenernos firmes en lo que hemos aprendido: Jesús es el Salvador. Esta verdad nos llena de esperanza, porque, como hijos de Dios, vivimos en su promesa de vida eterna. Hoy, en nuestro propio desierto de dudas o dificultades, la Palabra de Dios nos asegura que, si permanecemos en Él, seremos fortalecidos.
El Salmo 97 proclama con alegría: «Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios«. Este es un mensaje lleno de esperanza. No importa cuán difíciles sean los desafíos que enfrentamos, la victoria de Dios ya ha sido revelada en Cristo. Todos los rincones del mundo son testigos de Su amor y salvación. Hoy, mientras seguimos allanando el camino en nuestros corazones, estamos invitados a participar de esa victoria divina.
En el Evangelio (Jn 1,19-28), escuchamos la voz de Juan el Bautista, «la voz que grita en el desierto». Su misión es clara: preparar el camino del Señor, allanar el sendero para Aquel que viene a salvarnos. Juan, con humildad, señala que no es él el Mesías, sino que su tarea es dirigir nuestras miradas hacia Jesús. En este tiempo de reflexión, estamos llamados a ser como Juan, voces que preparan el corazón para el encuentro con Cristo. ¿Qué podemos hacer hoy para allanar el camino del Señor en nuestras vidas? Quizá se trate de eliminar el orgullo, el miedo o cualquier obstáculo que impida a Cristo entrar plenamente en nuestras acciones y pensamientos.
El desierto no es solo un lugar físico; es también el espacio espiritual donde, en la soledad o la prueba, escuchamos más claramente la voz de Dios. En medio de nuestros desiertos personales, ¿podemos oír la voz que nos llama a preparar el camino? Con fe y esperanza, sabemos que, incluso en el desierto, Dios está cerca, esperando ser recibido en un corazón dispuesto.
Hoy, la invitación es clara: permanezcamos en la verdad de Cristo, celebremos Su victoria y preparemos con alegría el camino para que Él reine en nuestros corazones. No estamos solos en este esfuerzo, porque Dios camina con nosotros. Que este 2025 sea un año de caminos allanados, de corazones abiertos, y de encuentros profundos con el Señor. ¡Amén!
(Guía Mensual)
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