Lecturas: IV Domingo.  Tiempo de Cuaresma. Ciclo B

Color: MORADO.  III Semana del Salterio

  • Primera Lectura. Os 14, 2-10: “Yo curaré sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan, mi cólera se apartará de ellos”.
  • Salmo Responsorial: 80, 6c-8a.8bc-9.10-11ab.14 y 17: “Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz”.
  • Evangelio. Mc 12, 14-34: “No estás lejos del Reino de los Cielos”.

Lectura del Profeta Oseas

Así dice el Señor Dios: «Israel, conviértete al Señor Dios tuyo, porque tropezaste por tu pecado. Preparen su discurso, vuelvan al Señor y díganle: “Perdona del todo la iniquidad, recibe benévolo el sacrificio de nuestros labios. No nos salvará Asiria, no montaremos a caballo, no volveremos a llamar dios a la obra de nuestras manos. En ti encuentra piedad el huérfano”.

Yo curaré sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan, mi cólera se apartará de ellos. Seré rocío para Israel, florecerá como azucena, arraigará como un álamo. Brotarán sus vástagos, como de olivo será su esplendor, su aroma como del Líbano. Volverán a descansar a su sombra: cultivarán el trigo, florecerán como la viña, será su fama como el vino del Líbano. Efraín ¿qué me importan los ídolos? Yo le respondo y lo miro: Yo soy ciprés frondoso, de mi proceden tus frutos. ¿Quién será el sabio que lo comprenda, el prudente que lo entienda? Rectos son los caminos del Señor, lo justos andan por ellos, los pecadores tropiezan en ellos».

Palabra de Dios

R/. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz

Oigo un lenguaje desconocido: Retiré sus hombros de la carga, y sus manos dejaron la espuerta. Clamaste en la aflicción y te libré. R/.  

Te respondí oculto entre los truenos, te puse a prueba junto a la fuente de Meribá. Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti, ojalá me escuchases, Israel. R/.

No tendrás un dios extraño, no adorarás a un dios extranjero. Yo soy el Señor, Dios tuyo, que te saqué del país de Egipto. R/.

Ojalá me escuchase mi pueblo, y caminase Israel por mi camino: Te alimentaría con flor de harina, te saciaría con miel silvestre. R/.

Lectura del Santo Evangelio según san Marcos

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?» Respondió Jesús: «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que éstos».

El letrado replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es único y no hay otro más que él y hay que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del Reino de los Cielos». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor

“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.

(San Alfonso María de Ligorio).

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