Domingo, 3 de marzo del 2024
- Primera lectura: Ex 20,1-17: Yo soy el Señor tu Dios que te saqué de Egipto.
- Salmo Responsorial: 19: Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
- Segunda lectura: 1Cor 1,22-25: La paradoja cristiana.
- Evangelio: Jn 2,13-25: ¡No sigan haciendo de la casa de mi Padre un mercado!
Color: MORADO. III Semana del Salterio
“La religión y el culto de la vida”
Buenas noches (días, tarde) hermanas/os en Cristo: Hoy, tercer domingo de Cuaresma, es una muy buena ocasión para pensar en nuestra escala de valores. Las lecturas nos hablan de los diez mandamientos, la sabiduría de la cruz, el templo con sus sacrificios externos y el nuevo templo de Cristo resucitado. En él se dará la presencia de Dios entre los seres humanos y está en medio de nosotros para presentar al Padre nuestra acción de gracias. Empecemos esta liturgia cantando.
Primera lectura: Ex 20, 1-17 (La ley fue dada por Moisés)
La liberación de la esclavitud egipcia y el pacto con Dios en Sinaí, hacen de Israel el pueblo escogido. En su nuevo estado recibieron ellos una nueva ley, el Decálogo, que tiene sentido de respuesta, reconocimiento y acción de gracias por la gran intervención salvífica de Dios. Pongamos atención.
Segunda lectura: 1 Cor 1, 22-25 (Predicamos a Cristo crucificado)
Un tema muy espacial para san Pablo es el misterio de la cruz de Cristo en su muerte y en su resurrección. Para los cristianos comprometidos la cruz es fuerza y sabiduría salvadora para el mundo. Escuchemos.
Tercera lectura: Jn 2, 13-25 (Destruyan este templo y en tres días lo levantaré)
La expulsión de los traficantes del templo lo hace Jesús para que no conviertan en mercado la Casa de su Padre, que es Casa de Oración. Esto nos revela a Jesús como el enviado por Dios para establecer una nueva Alianza y una religión en espíritu y verdad. Con su resurrección se levantará un templo nuevo, su Cuerpo resucitado, la Comunidad nueva en que lo más importante es la fe y la vida interior. Mis hermanos pongan atención a estas palabras.
El que preside: Con humildad y Espíritu agradecido acerquémonos a Dios, que es compasivo. y misericordioso y pidámosle que escuche las súplicas de su pueblo y manifieste su salvación. Digamos: “Sálvanos señor y ten piedad”.
1.- Por el Papa, los obispos, los ministros y todos los fieles, para que, cimentados en Jesucristo, aquí en el celo de la casa de Dios lo devora, le agraden solo a Él viviendo conforme a su vocación. Roguemos al Señor.
2.- Por los gobernantes de las naciones, para que, apartándose de los ídolos del poder y del dinero generen, proyectos y obras que beneficien con justicia y generosidad, a todos los ciudadanos. Roguemos al Señor.
3.- Por los pueblos que sufren hambre y marginación, para que se les manifieste la misericordia de Dios, a través de los gestos solidarios de los creyentes que gozan de bienestar. Roguemos al Señor.
4.- Por nosotros, para que, como discípulos de Jesús, nuestro testimonio produzca un efecto similar al que se dio en tiempos, de Jesús cuando: “Muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía”. Roguemos al Señor.
El que preside: Señor, tú que ves las necesidades de tu pueblo y conoces su deseo de salvación, escucha nuestras oraciones y manifiesta tu poder en todo lo que te hemos pedido con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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