V Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo B

Color: VERDE o ROJO

  • Primera Lectura. I Re 3, 4-13: “Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo”.
  • Salmo Responsorial: 118, 9.10.11.12.13.14: “Enséñame, Señor, tus leyes”.
  • Evangelio. Mc 6, 30-34: “Vengan ustedes solos a un sitio tranquilo a descansar un poco”.

Lectura del Primer Libro de los Reyes

En aquellos días, Salomón fue a Gabaón a ofrecer sacrificios, porque allí está la ermita principal. En aquel altar ofreció Salomón mil holocaustos. En Gabaón el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo:

«Pídeme lo que quieras».

Respondió Salomón:

«Tú trataste con misericordia a mi padre, tu siervo David, porque caminó en tu presencia con lealtad, justicia y rectitud de corazón; y, fiel a esa misericordia, le diste un hijo que se sentase en su trono: es lo que sucede hoy. Pues bien, Señor Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?».

Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo:

«Por haber pedido esto y no una vida larga, ni riquezas, ni la vida de tus enemigos, sino inteligencia para acertar en el gobierno, te daré lo que has pedido: un corazón sabio y prudente, como no lo ha habido antes de ti ni lo habrá después de ti. Y te daré también lo que no has pedido: riquezas y fama mayores que las de rey alguno».

Palabra de Dios

R/. Enséñame, Señor, tus leyes

¿Cómo podrá un joven andar honestamente? Cumpliendo tus palabras. R/.

Te busco de todo corazón, no consientas que me desvíe de tus mandamientos. R/.

En mi corazón escondo tus consignas, así no pecaré contra ti. R/.

Bendito eres, Señor, enséñame tus leyes. R/.

Mis labios van enumerando los mandamientos de tu boca. R/.

Mi alegría es el camino de tus preceptos, más que todas las riquezas. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Vengan ustedes solos a un sitio tranquilo a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

Palabra del Señor

“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”

(San Alfonso María de Ligorio). Si deseas recibir las moniciones en tu móvil por WhatsApp, únete a este grupo: https://chat.whatsapp.com/JuAEJ8FhOoS3UDIokzKiTG

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