- Primera lectura. Os 14, 2-10: Los caminos del Señor son rectos, por ellos caminan los inocentes, y en ellos tropiezan los pecadores”.
- Salmo Responsorial. 80 ,6c-8a.8bc-9.10-11ab.14 y 17: “Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz”.
- Evangelio. Mc 12, 28-34: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos”.
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El Señor tu Dios es el único Dios: ámalo
Una de las cosas que todavía me sorprende es que cuando hacemos nuestro examen de conciencia empezamos siempre con el segundo mandamiento y pocas veces nos ponemos a reflexionar si realmente estamos cumpliendo con el primero y que está a la base de todos los demás.
¿Te has puesto a pensar sobre cuánto amas a Dios? La ley nos dice que se debe amar a Dios con todo el corazón, con toda nuestra mente, con todas nuestras fuerzas pero, ¿cómo? ¿Qué significa esto? El problema del amor es siempre el punto de referencia. El cristiano tiene como único punto de referencia a Cristo, es decir, al amar tenemos que hacerlo de la misma manera que él lo hizo: hasta dar la vida por el ser amado. El mandamiento expresado por la ley y por Cristo implicaría dar la vida por Dios, sin embargo, no vayamos tan lejos, preguntémonos hoy: ¿seríamos capaces de dejar de hacer algo que es pecado por amor a Dios?
Si no somos capaces de dejar el pecado por amor a Dios, mucho menos lo seremos de donarle toda nuestra mente, todo nuestro corazón y todo nuestro ser para que en nuestra vida encuentre su gloria. ¿Qué tanto amas a Dios? ¡Pruébaselo!
Que Dios nuestro Señor, sea siempre Prioridad en nuestras vidas.
Bendecido Viernes de su Amigo y Hermano en Cristo. Rev. Diác Julio Reyes Guillén