Miércoles, 25 de diciembre de 2024
- Primera lectura. Is 9,2-7: “Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado”.
- Salmo Responsorial. 95,1-2a.2b.3.11-12.13: “Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor.
- Segunda lectura. Ti 2,11-14: Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres”.
- Evangelio. Lc 2,1-14: “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que Dios ama”.
Color: BLANCO
“Que Jesús que ha nacido, sea nuestra fuerza”
¡Feliz Navidad, hermanos y hermanas! Estamos reunidos en el Señor en esta Noche Buena. Las tinieblas afuera pueden simbolizar la vida sin Cristo. Pero nuestra Iglesia, ahora brillante y festiva, nos recuerda que Cristo ES LA LUZ y está con nosotros. Que esta noche de gracia traiga la Paz y la Alegría a todos los pueblos del mundo, especialmente al nuestro. Recibamos a los ministros de esta gran liturgia entonando con alegría el canto de entrada.
Primera lectura: Is 9, 2-7 (Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado)
El profeta Isaías nos viene a hablar sobre los tiempos de tinieblas, de miedo y de opresión. Pero vino un gran cambio por el nacimiento de un niño, que como luz en la noche iluminó como ninguna otra luz. Esta luz es Cristo, el Príncipe de Paz, nuestro Redentor. Escuchemos con atención, hermanos.
Segunda lectura: Tito 2, 11-14 (Apareció la gracia de Dios para todos los seres humanos)
Cristo se encarnó en el mundo para ser el mediador entre Dios y los hombres. El gran Apóstol Pablo nos exhorta a cooperar con las gracias del Señor hasta el retorno del gran Dios y Señor nuestro. Prestemos atención a este mensaje
Tercera lectura: Lc 2, 1-14 (Hoy les ha nacido el Redentor)
Esta tercera lectura es una narración maravillosa, por su sencillez. La grandeza del Imperio Romano termina en un pesebre. Los ángeles anuncian la Buena Nueva a los pastores, los pobres. Cristo, el Hijo de María, es la gloria del Padre. Nos ponemos de pie, pero antes de escuchar esta Buena Nueva, alabamos al Señor con el Aleluya.
El que preside: Cristo viene a sanar las heridas causadas por el pecado sobre la humanidad y a salvarnos con su venida. Digamos: “Ven Señor Jesús”.
- Por la Iglesia Universal y nuestra Iglesia local, para que sea luz del mundo y signo del amor de Cristo. Roguemos al Señor.
- Por los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas, religiosos y los líderes de las comunidades: para que ellos anuncien la Buena Nueva con el ejemplo de sus vidas. Roguemos al Señor.
- Por los que gobiernan las naciones, de manera particular, los nuestros: para que ellos se esfuercen en traer a su pueblo el mensaje de justicia y de paz. Roguemos al Señor.
- Por los que sufren enfermedad, hambre y abandono: para que sean socorridos y encuentren consuelo en el Misterio del Nacimiento de Cristo. Roguemos al Señor.
- Por las familias de nuestras comunidades: para que aprendan a recibir a Cristo, acogiéndolo en los pobres. Roguemos al Señor.
El que preside: Oh Dios que mediante el bautismo haces de cada cristiano un profeta, dale fuerza a nuestro anuncio y haz que nuestra vida sea reflejo de la luz de Cristo, sol naciente que ilumina y lleva al mundo la salvación. Él es Dios y vive y reina Por los siglos de los siglos. Amén.
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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