• Primera lectura. 2 Sam 7,1-5.8b-12. 14a.16: Miren, yo les envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí”.
  • Salmo Responsorial: 88,4-5.16-17.27 y 29: “Cantaré eternamente tus misericordias, Señor”.
  • Evangelio. Lc 1,67-79:“Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte”.

Color: MORADO

Último de día del Adviento. Está noche será la Navidad de Nuestro Señor Jesucristo. Recuerdo cuando un grupo de jóvenes que yo había dirigido su Retiro de Evangelización en el 1992 y coordinado su Comunidad Pequeña en mi parroquia de origen: la Santísima Trinidad, ellos me enseñaron a rezar la Liturgia de Horas y el Santo Rosario. Uno de ellos era hijo de uno de los primeros Diáconos de este país: Joaquín Pimentel, quien les enseñó a rezar como católicos.

Lo que yo no sabía es que esto me serviría para el seminario 5 años después durante 9 años y hasta el día de hoy 18 después como sacerdote. Un Cántico Bíblico de Navidad que hacemos tempranito todas las mañanas en la Iglesia Universal. Ahora estoy rezando la LH con el YouTube. Dios mediante esta noche celebraré las 4 Misas de Navidad: Vísperas, Gallo, Aurora y del Día, pidiendo por todos ustedes. Ahora cantemos juntos el Benedictus…

Hemos escuchado la Kalenda, el Gran Pregón de la Pascua del Nacimiento histórico de Nuestro Señor Jesucristo. Para San José ha sido el antes y después en su vida. A partir de este momento si existencia será darse por entero a la protección de su Señora siempre Virgen y al cuidado personal y cercano del Fruto Santo del Amor de Dios, el Espíritu Santo.  Imponer el nombre al niño significaba en el pasado no delegar su crianza y educación en nadie más. Jesús, que significa Solo Dios Salva, Emmanuel en la Antigua Alianza, se hace presente, real y operante en la Santa Eucaristía de la que ahora comulgaremos. Pero antes, confesaremos nuestra fé de rodillas ante el nombre que está sobre todo nombre al decir: Y se hizo Hombre.  Comencemos la Noche que trajo a la Luz del mundo.

Ya no es un anuncio profético. El Niño en Belén es realidad histórica. El Recién Nacido de María Virgen es el Maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz. Y la Cabeza de ma Iglesia de Roma perseguida por el imperio que adoraba al Sol Invictus y al Emperador como hijo de Dios se vió en la necesidad de instituir al inicio del siglo II de nuestra era la Misa de Medianoche para confesar la Fe en el Hijo Único de Dios, un solo Señor Jesucristo. El Papa San Telesforo I incluyo por esta razón el himno litúrgico más antiguo, escrito incluso antes de la redacción final de los Santos Evangelios: Gloria in Excelsis Deo, cuyo texto, al igual que las demás 6 oraciones fijas  de la Santa Misa NUNCA DEBEN SER MODIFICADOS. En compañía de los Santos Pastores vamos a comulgar del Cordero de Dios, cuyo Pastor es San José con su cayado florecido y bajo el cuidado de María, la Divina Pastora. Pero antes, con los nuestros en la tierra y en el cielo recemos de rodillas ante Jesús Recién Nacido, Dios y Hombre verdadero.

P. Manuel Garcíaepam45@gmail.com

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