Sábado, 2 de noviembre del 2024
- Primera lectura. Lam 3,17-26: “El Señor es bueno para los que en él esperan y lo buscan”.
- Salmo responsorial. 129,1-2.3-4.5-6.7-8: “Desde lo hondo a ti grito, Señor”.
- Segunda lectura: Rom 6,3-9: “si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él”
- Evangelio. Jn 14,1-6: “Que no tiemble su corazón; crean en Dios y crean también en mí”.
Color: BLANCO
¡Creer en Dios. Creer en Jesús!
ENTRADA:
Hermanos todos en cristo Jesús, muy buenos días, tardes o noches.
Hoy, en la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, elevamos nuestras oraciones por todos aquellos a quienes amamos en vida y nos han antecedido en el encuentro con Dios Padre. ¡Dales, Señor, el descanso eterno, y brille para ellos la luz eterna!
La muerte es una verdad que tarde o temprano hemos de experimentar. Para los que creemos en Dios, la vida no termina con la muerte, sino que se transforma para iniciar una plena comunión con Dios Trino. La muerte es la esperanza para ver y gozar de Dios en el cielo después de conocerlo, amarlo y servirle en esta vida terrenal.
Lectura del Libro de las Lamentaciones (3,17-26)
Fíjate en mi aflicción y en mi amargura, en la hiel que me envenena; no hago más que pensar en ello y estoy abatido.
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos (6,3-9)
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan (14,1-6)
Fomentemos la unidad familiar a través de la oración en conjunto, como nos anima nuestra Iglesia local durante este mes, para merecer una de esas estancias que Cristo ha ido a preparar para nosotros allá en el cielo.
Oración Universal:
El que preside: Movidos por la fe y la esperanza en la vida eterna, elevemos llenos de confianza nuestra oración al Padre diciendo: “Dueño de la vida y de la muerte, escúchanos”.
Por todo el pueblo cristiano: para que la unidad y la caridad mutua reinen en la comunidad cristiana universal. Roguemos al Señor…
Por todas las naciones y sus habitantes: para que puedan servir mejor a Dios Padre todopoderoso en la paz, en la justicia y en la prosperidad temporal. Roguemos al Señor…
Por nuestros difuntos: para que el Señor les de el descanso eterno, los reciba en su reino y los corone de gloria. Roguemos al Señor…
Por todos nosotros los que participamos de esta Eucaristía: para que abramos nuestras manos y nuestros corazones y ayudemos fraternamente a los demás. Roguemos al Señor…
El que preside: Padre de misericordia acoge con bondad nuestras humildes súplicas y concédenos lo que más nos conviene para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Gregoria Mejía Hilario/greymhilario@gmail.com
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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ES NECESARIO ORAR EN UN MUNDO ROTO
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