Domingo, 3 de octubre del 2024. III Semana
- Primera lectura: Dt 6,2-6: Escucha, Israel.
- Salmo Responsorial: 17: Dios mío, mi escudo y peña en que mi amparo.
- Segunda lectura: Heb 7,23-28: Jesús se ofreció a sí mismo.
- Evangelio: Mc 12,28b-34: Amor a Dios, a uno mismo y al prójimo.
Color: VERDE
“Se trata de amar a Dios por sobre todo y al prójimo como a nosotros mismos, no hay más”
Hermanos y hermanas en Cristo, el Evangelio y la primera lectura de hoy resaltan el amor como esencia de la religión. Amor que no es solamente a Dios, sino también al prójimo y a uno mismo. Por estar basado en el amor resulta ser el cristianismo una religión positiva por excelencia, la religión optimista del sí al ser humano, al mundo y a la vida. Empecemos esta Liturgia entonando el canto de entrada.
Primera lectura: Dt 6, 2-6 (Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón)
Israel está entrando en la tierra prometida y por eso debe responder con la mayor fidelidad cumpliendo los mandamientos de Dios. Además de amar a Dios y al prójimo con todo su ser, el israelita profesa su fe diariamente en la oración en la cual proclama que Dios es uno. Escuchen este mensaje tomado del Deuteronomio.
Segunda lectura: Hb 7, 23-28 (Jesús tiene un sacerdocio que no pasa)
Nos encontramos en la culminación de la doctrina central de la carta a los hebreos, donde compara el sacerdocio de Cristo con el de la antigua ley. El sacerdocio de Cristo es capaz de salvar a los que por él se dirigen a Dios. Pongan atención a este mensaje consolador en que nos revela la intercesión permanente de Cristo por nosotros ante el Padre.
Tercera lectura: Mc 12, 28-34 (No hay mandamiento mayor que éstos)
El Evangelio de este domingo relata el encuentro y diálogo de un letrado de la ley judía con Jesús, que se encuentra en Jerusalén. El letrado pregunta a Jesús cuál mandamiento es el primero de todos. Jesús le responde citando un texto del Deuteronomio y añade el segundo mandato: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento más importante. Les invito a que se pongan de pie para que cantemos el Aleluya.
El que preside: El Señor nos ha invitado a participar en su banquete para que seamos testimonio creíble del Evangelio. A Él dirijamos nuestras súplicas, diciendo: “Dios de amor, escúchanos”
1.- Por todo el pueblo cristiano: para que la unidad y la caridad mutua reinen en la comunidad cristiana universal. Roguemos al Señor.
2. Por todas las naciones y sus habitantes: para que puedan servir mejor a Dios Padre todopoderoso en la paz, en la justicia y en la prosperidad temporal. Roguemos al Señor.
3. Por nuestros difuntos: para que el Señor les dé el descanso eterno, los reciba en su reino y los corone de gloria. Roguemos al Señor.
4. Por todos nosotros los que participamos de esta Eucaristía: para que abramos nuestras manos y nuestros corazones y ayudemos fraternamente a los demás. Roguemos al Señor.El que preside: Padre, tú nos pides y quieres que estemos atentos al sufrimiento de los hermanos, escucha nuestros ruegos y concédenos tu paz. Por Jesucristo, nuestro señor. Amén.
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
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