• Primera lectura: Gen 2,18-24: !Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne!
  • Salmo Responsorial: 127,1-6: Bendición del hogar.
  • Segunda lectura: Heb 2,9-11: Un mismo origen en Jesús.
  • Evangelio: Mc 10,2-16: Lo que Dios unió no debe separarlo el hombre

Color: VERDE

¡Qué bueno es el Señor! Dios nos une, hombre y mujer, y nos da un corazón generoso para que vivamos en donación mutua y alcancemos la santidad a través de nuestra relación de amor, a aquellos que han sido llamado a la vocación al matrimonio. Lo que Dios une no lo separe el hombre.

En este mes misionero que hemos comenzado unos días atrás, es importante que valoremos a tantos matrimonios que han descubierto su vocación matrimonial no sólo para entregarse el uno al otro y ser una sola carne, sino también como una donación, un bien, para los demás: matrimonios que asisten en la caridad a los más necesitados, que trabajan y acompañan a otros en su peregrinar como matrimonios y en la formación de otros que aspiran a vivir un matrimonio como sacramento.

En nuestra Iglesia peregrina en la República Dominicana tenemos muchos matrimonios que se dan a los demás y los ven como un don de Dios. Quizá tú eres uno de ellos. Quizá hoy, escuchas la Palabra de Dios y tu corazón -al igual que el mío-, salta de gozo, se llena de paz y se inflama del amor de Dios porque nos ha regalado la posibilidad de ser un bien para los demás.

El Señor nos ha bendecido y nos ha unido por el amor y para el amor, con amor.

(Guía Litúrgica)

Si deseas recibir en tu móvil por WhatsApp, únete a este grupo:  https://chat.whatsapp.com/KUofplJqn9v4YmiOuRpJF0