P. Luis Alberto De León Alcántara Email: albertodeleon_011@hotmail.com

La vida es una obra de teatro, donde hay actores y espectadores. En ella, la mayoría prefieren mirar y observar de lejos cómo se prepara el guión. Los espectadores simplemente optan por asistir cuando llega el momento de la presentación. Mientras que, por el otro lado, existe un pequeño grupo que es el responsable de actuar, de ensayar día y noche, entre el cansancio y la desesperación, para lograr aprenderse el libreto, para poder de esta manera ofrecerle lo mejor al público que acude cuando llegue el momento de la puesta en escena.

Es fácil ser espectador, llegar al mundo con el único propósito de contemplar todo lo que sucede sin comprometerse en nada, ya que para el espectador no existe un compromiso, una responsabilidad, tampoco un deber. Pues, son aquellas personas que han entendido que no es necesario complicarse la existencia. En su mente han concluido, que las realidades complejas y complicadas, las tienen que asumir los individuos que gozan de ese don, con esa tarea. Ellos creen y sostienen que nadie puede perturbar su paz, su armonía ni mucho menos intervenir en sus actividades reactivas.

El actor es el líder. Ese que se ensucia las manos. Es quien sabe que las cosas no suceden, uno provoca que sucedan. Los actores están comprometidos con la humanidad. Aman la justicia, la bondad, la solidaridad, y todos los valores que hacen posible que nuestro planeta sea habitable con los demás. Son los que madrugan, lo que se  sacrifican por el pobre; por aquellos que no tienen voz y piden auxilio para que se respete su dignidad. Estas personas son escasas, porque ya vienen en versión limitada, quedan pocos, porque los demás se rindieron y han preferido quedarse con los brazos cruzados.

Los espectadores no cambian el mundo, son los actores. Los primeros se hacen de la vista gorda, prefieren ignorar los problemas, las guerras, la corrupción. Se conforman con el trabajo que los sostiene. Tienen una filosofía de vida: “El mundo no lo hice yo”. “sálvese quien pueda”. En fin, quien está de espectador piensa que todo se soluciona solo, que no hay que forzar, además como Dios es el creador de todo, a él es quien le corresponde volver todo a su origen. Lo que significa que no es obligatorio tomar partido en los dilemas de la vida, solo hay esperar que Dios aparezca y haga el milagro.

En definitiva, la sociedad está rodeada de actores y espectadores. Es decir, estamos rodeados de personas que están dispuestas a entregar su vida por una historia y una generación diferente y renovada. Y de otros que solo viven, comen, critican, chatean y se ríen de todo, como si la existencia fuera un cuento de camino. En otras palabras, la humanidad está dividida. No tenemos un ser humano que camina hacia un mismo punto, sino que cada quien anda por su lado, según sus intereses y motivaciones. De aquí la pregunta, ¿eres espectador o actor?

RICOS EN TECNOLOGÍA, POBRES EN HUMANIDAD

HAY QUE TOMAR DECISIONES CON TODAS SUS IMPLICACIONES

APRENDE A MADURAR EN UN MUNDO INMADURO

LA TECNOLOGIA NO LLENA LOS VACIOS EXISCIALES

Si deseas recibir las moniciones en tu móvil por WhatsApp, únete a este grupo: https://chat.whatsapp.com/FjQ3952D37L4QgSEGqDDsl

Lecturas      Homilías     Moniciones    Oración de la noche

Anote este número. 829 694 1948 y este correo-e: aire96fm@gmail.com y escríbanos para mantenerse informado de las novedades y actualizaciones de esta página  ¿Le gustaría recibir nuestro boletín semanal por correo electrónico?

Suscríbete entrando aquí. Queremos orar contigo, llena el siguiente formulario y estaremos orando por ti y tus necesidades. Dios es quien hace la obra, nosotros te acompañamos clamando por ti: AQUÍ.

Un pacto por la dignidad humana

RICOS EN TECNOLOGÍA, POBRES EN HUMANIDAD

La multitudinaria procesión eucarística que abarrotó las calles de Indianápolis

6 cantautoras católicas que están conquistando América Latina con su música de alabanza a Dios

Escuche aquí el Evangelio para HOY