Memoria Obligatoria de: Santa Marta, Lázaro y María
Lunes, 29 de julio del 2024
Color: BLANCO
- Primera Lectura. Jr 13, 1-11: “Este pueblo malvado que se niega a escuchar mis palabras”.
- Salmo Responsorial. Dt 32, 18-19.20.21: “Despreciaste a la Roca que te engendró”.
- Evangelio. Mt 13, 31-35: “Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo”.
“El Reino de Dios es una realidad espiritual que se manifiesta en actos de amor, justicia y misericordia”
Para Jesús, la palabra «Reino» representa no solo un dominio o una esfera de influencia, sino el reinado de Dios mismo sobre los corazones y las vidas de las personas. El Reino de Dios es una realidad espiritual que se manifiesta en actos de amor, justicia y misericordia, invitando a todos a una relación transformadora con Dios. Es tanto un presente como un futuro esperado, donde la voluntad de Dios se realiza plenamente en la tierra como en el cielo.
Una parábola es una historia corta que utiliza elementos cotidianos para revelar verdades espirituales profundas. Jesús usaba parábolas para enseñar sobre el Reino de Dios de manera que sus oyentes pudieran entender conceptos complejos a través de situaciones familiares. Estas historias no solo informaban, sino que también invitaban a la reflexión y al cambio de corazón.
En Jeremías 13, la parábola del cinturón podrido es una poderosa imagen que Dios usa para mostrar a su pueblo la trágica consecuencia de alejarse de Él. Al igual que un cinturón se adhiere al cuerpo, Dios deseaba que su pueblo estuviera íntimamente unido a Él, para ser su orgullo y mostrar su gloria al mundo. Sin embargo, la desobediencia y la idolatría habían corrompido esa relación, volviéndola inútil como el cinturón podrido. Esta imagen dramática subraya la importancia de la fidelidad y la cercanía a Dios para cumplir nuestro propósito divino.
El Salmo Responsorial lamenta el olvido de Dios por parte de su pueblo, a pesar de todo lo que Él ha hecho por ellos. La ingratitud y la infidelidad provocan la justa indignación de Dios, pero incluso en su reprobación, persiste la esperanza de redención. Este canto nos recuerda la necesidad de recordar y responder al amor y cuidado constantes de Dios con fidelidad y adoración.
Estas lecturas nos llaman a examinar la calidad de nuestra adhesión al Reino de Dios. ¿Estamos viviendo en conformidad con los valores del Reino, amando a Dios y a nuestro prójimo, o nos hemos alejado, olvidando a Aquel que es nuestra verdadera fuente de vida y bendición? Que esta reflexión nos inspire a buscar una renovación de nuestro compromiso con Dios, viviendo de manera que reflejemos su amor y justicia en el mundo, recordando siempre que somos llamados a ser signos vivos del Reino de Dios aquí y ahora.
(Guía Litúrgica)
Si deseas recibir en tu móvil por WhatsApp, únete a este grupo: https://chat.whatsapp.com/LpG5T2vq07kFMUGgU8WeUc