Sábado, 29 de junio del 2024
Solemnidad. Color: ROJO
Moniciones: XIII Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo B
- Primera Lectura. Hch 12, 1-11: “Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él”.
- Salmo Responsorial. 33, 2-3.4-5.6-7.8-9: “El Señor me libró de todas mis ansias”.
- Evangelio. Mt 16, 13-19: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará”.
“Pidamos al Señor que nos dé la gracia del Espíritu Santo”
ENTRADA:
Muy buenas (noches, días, tardes). Sean todos bienvenidos a esta celebración: celebramos hoy la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Los textos de la liturgia de hoy recogen los buenos momentos de la actividad de estas dos grandes columnas de la Iglesia que se entregaron de manera incondicional para dar a conocer la verdad, incluso hasta llegar a morir por ella. Son dos gigantes en la fe que se complementan mutuamente y le dan forma a la misión de la Iglesia. Nosotros necesitamos saber, conocer, en cierto modo experimentar, en la vida de los santos, lo que experimentamos en nuestra vida: nuestra contradicción y la constante compasión del Dios que nos levanta. Les que se pongan de pie, para dar inicio a la Eucaristía de hoy y lo hacemos cantando con alegría.
Primera lectura: Hc 12, 1-11
El texto que a continuación escucharemos nos sitúa al comienzo de la persecución del rey Agripa primero contra la comunidad cristiana. Pedro ha sido liberado de las maquinaciones del rey, gracias a una intervención directa de Dios a favor del apóstol. Pedro actúa como un autómata ante los mandatos del ángel, que siempre lleva la iniciativa. Escuchemos atentos este interesante relato.
Segunda lectura: II Tim 4,6-8.17-18
Escucharemos un párrafo de la segunda carta de San Pablo a Timoteo. El apóstol repasa su vida y nos deja su testimonio: el esfuerzo y entrega de alguien apasionado que se ha entregado sin reserva a la causa del Evangelio. Las imágenes deportivas que usa (combates, carrera) ayudan a acentuar el gozo por la cercanía de la meta final, pero el premio o la corona los da el Señor, fiel a su palabra y a los dones que ha querido dar a sus criaturas. Escuchemos atentamente.
Tercera lectura: San Mateo 16, 13-19
En el Evangelio de hoy se le da a Pedro “oficialmente” el título de piedra, roca en la que Jesús va a edificar su Iglesia, aunque ésta tiene un cimiento frágil no se hundirá. El misterio de la Iglesia, con Pedro a la cabeza, es un misterio de fragilidad sostenido por la mano de Jesús que la cuida y la mantiene en pie. Por otro lado, Pedro recibe el poder de atar y desatar. “Tú eres Pedro y te daré las llaves del reino de los cielos. Nos ponemos de pie y entonamos el aleluya para escuchar la proclamación del Evangelio.
Oración Universal:
Presidente: Confiémonos a la intercesión de los santos Pedro y Pablo, para que la Iglesia sea siempre custodiada y acompañada en su camino terrenal por la fuerza del Espíritu. Digamos juntos. “Concédenos señor una fe firme”.
1.- Por la santa Iglesia, en particular por la Iglesia que está en Roma: para que sea siempre fiel y coherente con la enseñanza de los apóstoles, de los cuales ha recibido el primer anuncio de la fe; que con humildad se ponga al servicio de toda la comunidad eclesial. Roguemos al Señor.
2.- Por el Papa Francisco, los obispos y los presbíteros: para que lleven a todos el Evangelio de la salvación, como Pedro, primer guía en la fe, y como Pablo, sembrador de la Palabra. Roguemos al Señor.
3.- Por todos los jóvenes que sienten el deseo de seguir al Señor por la vía de la castidad, la pobreza y la obediencia: que sean acompañados en un serio discernimiento sobre la voluntad de Dios para con ellos, para que respondan con alegría a la llamada del señor. Roguemos al Señor.
4.- Por los que sufren porque son perseguidos a causa de la fe: que el Señor sea siempre su fuerza, para que, como Pedro y Pablo, puedan dar su bello testimonio de fe. Roguemos al Señor.
5.- Por nosotros: para que, como sucedió con Pedro y Pablo, también nuestra vida pueda transmitir una fe firme, la alegría en el testimonio del Evangelio, y un amor grande al Señor y a su voluntad. Roguemos al Señor.
Presidente: Concede a tu pueblo, Padre, el poder festejar con alegría la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, y seguir su ejemplo con una digna conducta de vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
COMUNIÓN ESPIRITUAL
“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.
(San Alfonso María de Ligorio).
Si deseas recibir las moniciones en tu móvil por WhatsApp, únete a este grupo: https://chat.whatsapp.com/FjQ3952D37L4QgSEGqDDsl