Domingo, 30 de junio del 2024
- Primera lectura: Sb 1, 13-15;2,13-25: Dios no hizo la muerte.
- Salmo Responsorial: 29: Me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
- Segunda lectura: 2 Cor 8, 7-9.13-15: Enriqueció a todos con su pobreza.
- Evangelio: Mc 5, 21-43: No temas; basta que tengas fe
Color: VERDE
“Dios nos ha creado para la vida y no para la muerte”
El domingo anterior Jesús mostraba su poder a los apóstoles al calmar el mar y el viento y les reprochaba su falta de fe; sin embargo, hoy vuelve a mostrar su poder y lo que es capaz de hacer cuando se pone la fe en Él. Hoy Jesús demuestra su capacidad para dar la vida sin importar el tipo de muerte por la que estemos cursando.
En primer lugar, encontramos una mujer con flujo de sangre por muchos años, lo que significa estar muerta en vida, pues con esta realidad no podía estar entre los vivos y hacer vida como las demás personas. Al ser curada por Jesús a partir de la propia fe, recibe la oportunidad de retomar la vida que había perdido por la enfermedad.
En segundo lugar, la hija del jefe de la sinagoga padece una muerte física, y por la fe de su padre en Jesús, es levantada del mundo de los muertos delante de los apóstoles. Para que se vea manifiesto el poder de Jesús sobre cualquier realidad que lleve al hombre a la muerte.
Como nos recuerda la primera lectura, Dios nos ha creado para la vida y no para la muerte, y si ponemos nuestra confianza que Él nos va a liberar de cualquier tipo de muerte por la que estemos atravesando: enfermedad, pecado, desánimo, etc. Por esto, pidamos su gracia para aumentar nuestra fe en Él y así abrirnos a la vida que quiere darnos en su inmenso amor.
(Guía Litúrgica)
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