Moniciones: XI Domingo.  Tiempo Ordinario. Ciclo B

Color: VERDE o BLANCO

  • Primera Lectura. I Re 19, 19-21: “Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo”.
  • Salmo Responsorial. 15, 1-2a.5.7-8.9-10: “Tú, Señor, eres el lote de mi heredad”.
  • Evangelio. Mt 5, 33-37: “A ustedes les basta decir “sí” o “no”. Lo que pasa de ahí viene del Maligno”.

Queridos hermanos en la alegría de nuestro Señor Jesucristo, muy buenos días, tardes o noches.

La enseñanza de Jesús sobre los juramentos, en el Sermón del Monte, debe entenderse en el contexto de la práctica abusiva de los juramentos entre los judíos de su época. Jesús «no pretendía condenar los juramentos de un modo universal y en todas las circunstancias», pues Él mismo y los apóstoles hicieron uso de ellos.

Que en este día Jesús nos conceda la gracia de la sinceridad en nuestro hablar y seguimiento constante a su llamada, sin caer en uso frívolo de juramentos.

La historia del llamado de Eliseo nos ofrece un mensaje de esperanza y transformación. En un momento de desánimo y duda para Elías, Dios le muestra su poder y le da una nueva misión

Jesús nos advierte contra la costumbre de jurar con demasiada facilidad, lo cual, como enseña la Sagrada Escritura y los Santos Padres, conlleva numerosos males.

Presidente: El Señor nos Llama a su seguimiento en la cotidianidad.  respondamos a la invitación que hoy nos hace diciendo: “Haznos capaces de servirte, Señor”.

1.- Por los sacerdotes: que respondan a la llamada originaria con adhesión constante renovada a diario.  Que nunca consideren como un empleo la misión que el señor les ha confiado y respondan a ella con el don total de sí. Roguemos al Señor.

2.- Por los ancianos: que estén dispuestos a compartir con las jóvenes generaciones su experiencia de vida y, como guías sabios, enseñen a los jóvenes a responder con generosidad a la vocación recibida como don. Roguemos al Señor.

3.- Por los que ocupan cargos de responsabilidad en el campo económico: que no olviden que el trabajo es un medio y no el fin de la vida humana y que las ganancias no pueden ser el único objetivo que se ha de perseguir, en detrimento de los valores éticos de una conciencia recta. Roguemos al Señor.

4.- Por los que desempeñan actividades de voluntariado: que aprendan a reconocer la bendición del Señor para ellos en cada una de las personas que encuentran, y abran su corazón para recibir la abundante riqueza que brota de la escucha Y de la comunión fraterna. Roguemos al Señor.

Presidente: Padre, enséñanos a proclamarte Señor de nuestra vida y a seguirte en el lento despojo de nosotros mismos para poder ponernos a tu servicio.  Te lo pedimos por Jesucristo nuestro, Señor. Amén.

Gregoria Mejía Hilario/greymhilario@gmail.com

“Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que vuelva jamás a abandonarte”.

(San Alfonso María de Ligorio).

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